mayo 16, 2006

Duérmete cosita, todavía no amanece

Cuando la vió sentada al borde de la cama después de haber discutido por alguna tontería, Marco se dio cuenta que ella tenía el cabello un poco más corto que un par de días atrás.

- ¿Es por eso que estás molesta conmigo no?, preguntó, inquieto como solía ponerse al no encontrar las palabras para descifrar que era lo que a ella le molestaba.

-¿Qué?, respondió ella sin levantar la mirada.

-No me di cuenta, y no te lo dije, ya sabes lo torpe que soy para estas cosas, te queda bien. Está bonito, me refiero a tu corte de pelo.

-No no es por eso, y no estoy molesta contigo por ser un perfecto tarado que jamás nota los cambios que pueda hacerme, y sin levantar la mirada de sus zapatos gastados que apuntaban a la salida como un par de ratones tamborileros, se sonrojó.

-Entonces... ¿Por qué estás molesta ahora?

Ariana no respondía. Ni un gesto, ni una mueca de aprobación o desaprobación, como golpear el piso con los pies, o morderse la uñas como cuando no quería hablar.

Está bien Ariana, estoy esperando -¿Qué hice ahora?

Marco y Ariana venían saliendo en los cuatro últimos meses como enamorados, después de haber sido amigos el último año.
Por una llamada telefónica que se cruzó esa vez como con tantas otras, la vida de ella, desordenada e impulsiva, se encontraba con la de Marco, ordenada, planificada y totalmente cronometrada.

- A ver si alguna vez te das por enterado, tu que lo sabes todo, y que siempre tienes una respuesta para cada ocasión, a ver pues, dime, ¿Qué carajos me pasa ahora?

Ariana se había puesto de pie, y alterada como estaba, salió con ese aire de rabia y frustración que la transformaba al discutir con Marco.

Después de esos cuatro meses iniciales, habían decidido ir a vivir juntos a lo de Marco porque era más barato primero, y segundo porque Ariana le tenía algo de cariño a la casa del oso, que era como le decían al cuarto sus amigos. Era un cuarto con un baño demasiado pequeño, sin agua caliente, una cocina estrecha donde cabían con las justas, un refrigerador enano, una cocina de tablero, y por supuesto, una terraza donde Marco tenía plantas, tablones y papeles amontonados en cajas. Fue ahí donde se encontraron por primera vez, después de hablar 5 ó 6 veces seguidas dejándose mensajes con otros nombres.

Cada vez que discutían por algo, Marco recordaba como se conocieron, lo extraño de las llamadas a cualquier hora, la naturaleza misteriosa de los actos descontrolados de Ariana, su carácter impulsivo, y todas las veces que lo había hecho reirse hasta llorar, su cara de niña buena para pedirle algo, hasta sus ticks y manías que le resultaban adorables, pero esta vez ya no quería recordar nada de eso, al contrario, se daba cuenta que por su naturaleza de hermitaño conspicuo, era cada vez más difícil mantener las cosas en calma con ella, no porque no la quisiese, sino porque se estaba volviendo loco.

- ¿Aló?. Ariana, ¿donde estás?.

Ariana tenía en mente muchas cosas cuando conoció a Marco, pero sobre todas ellas, tenía miedo. Los tres últimos años de su vida habían sido como pasar por esas puertas giratorias donde nunca se encuentra una salida, yendo semi perdida de una relación mala a otra peor, todo esto le había hecho perder la confianza para tratar con otras personas en serio, pero con Marco hizo una excepción, quiso primero conocerlo, tomarse las cosas despacio, ir de a pocos, después de todo el era un tipo algo cerrado, pero sincero y hasta buena onda aunque al comienzo le pareció el más aburrido sobre la faz de la tierra.

-No voy a regresar, Marco. Me quedo con unos amigos.

Ultimamente, cuando peleaban por alguna tontería, Ariana lo amenazaba con no regresar
Ariana era impulsiva, desatinada y bastante cruel en algunas ocasiones. La primera vez que hicieron el amor, Ariana recordó el nombre de todos los chicos con los que había estado antes y se los dijo a Marco sin ninguna verguenza cuando habían terminado.

Recordó al taxidermista, al aviador, al primo de su mejor amiga que vivía a dos cuadras de la casa de sus papás, hasta a ese chico de la discoteca que tenía cara de pastrulo, pero no podía por más que lo intentase, recordar el nombre de Marco.

- Desde que te vi la primera vez, me pareció que no debías llamarte Marco, que tal vez tu nombre real era algo como Teo, Martín, hasta Fernando, pero Marco... tu no tienes cara de Marco, y por teléfono tampoco suenas como un Marco.

Marco se quedó en blanco. Al otro lado de la línea Ariana había cortado. No sabía si llamarla otra vez, porque seguramente había apagado el celular, o ir a buscarla, pero ¿donde?, y eso de los mensajes no servía nunca, porque ella no los escuchaba.
Se dio cuenta de pronto que hacía mucho que no se quedaba solo, que se sentía bien estarlo, y olvidó por un momento casi eterno lo que era compartir el espacio, el tiempo, las horas con una extraña a la que conoció por una llamada que se cruzara con otra. Se sentó tranquilamente en el borde de la cama que compartía noche a noche con ella, porque después de todo, la idea de vivir juntos había sido de él, pero en ese momento, pues, no sabía porque debía seguir en lo mismo con Ariana.

- ¿Qué hora es?, preguntó Marco tapándose la cara con una mano.

- Es muy tarde, duérmete.

-¿Qué haces Ariana?

Había comenzado el invierno, y la humedad lo despintaba todo.

- Ariana, ¿Por qué haces esto?. ¿Por qué no me respondes?

-Mira Marco, yo ya te lo había dicho, pero creo que no me escuchaste.

-¿Qué fue lo que me dijiste?, discúlpame pero no recuerdo-

Ariana se sentó al borde de la cama y comenzó a llorar. Cuando lloraba era como una niña chiquita, sorbiéndose los mocos, restregándose los ojos, mirando para cualquier lado, entonces Marco la jalaba hacia el y la abrazaba, y mientras le rascaba la cabeza le decía que todo iba a estar bien, que no se preocupara tanto; pero a diferencia de esas tantas otras veces, Ariana esta vez sólo lloraba, no se restregaba los ojos, o sorbía sus mocos.

-Lee esto, dijo.

-¿Qué es? preguntó el.

Ariana agarró su bolso, se inclinó sobre Marco y el dió un beso en la mejilla.

-De verdad, yo no hubiese querido que esto fuese así.

La puerta que estuvo abierta todo ese tiempo, de pronto se cerró tras ella.

A la mañana siguiente cuando Marco despertó, sintió que todo lo había soñado.
Por la costumbre de tener a alguien durmiendo a su lado, tal vez, o por el simple hecho de compartir con Ariana su casa, su espacio hasta el mismo aire, Marco tenía la tranquilidad de hablar solo durante la noche. Ariana, que tenía el sueño ligero, siempre se despertaba y lo escuchaba poniendo cerca a su helada oreja, su tibia cara llena de pecas.Marco hablaba sin sentido, ella lo escuchaba susurrándole al oído de tanto en tanto, cosas como: todo está bien, o ¿ah si, qué más? y cuando ya estaba muy cansada le decía de la manera más maternal posible: está bien cosita, ahora duérmete que todavía no amanece.

-¿Sabes Ariana?, anoche tuve un sueño bien raro, tu te habías ido de la casa, y me dejaste un sobre donde habían, creo que una fotos, unos papeles, y te juro que me asusté, me asusté mucho porque en el sueño tu te ibas y me dejabas solo. Seguramente te vas a reir, si porque yo sé que a pesar de todas la veces que peleamos y de todas la veces que he querido quedarme solo, bueno es sólo eso, no es que yo quiera que te vayas, porque ¿tu no te irías, verdad?-

Marco no sabía como llorar, como gritar, o como decir lo que sentía.
No podía moverse, no podía respirar bien. Tenía de pronto unas naúseas terribles y el vientre se le había hecho un nudo. Quería voltear pero estaba aterrorizado, quiso vomitar y un hilo de saliva fue lo único que salió de el, pero no lo alivió en lo más mínimo.
Sentía que se desarmaba, que el cuerpo se le adormecía lentamente y que un escalofríos como nunca antes había sentido, le hacía temblar hasta provocarle más mareos.

-¿Ah, si?. Duérmete cosita, todavía no amanece. Ariana lo besó en la frente y se volteó para seguir durmiendo

El invierno afuera se agarraba muy fuerte de las cornisas, y se escurría por las ventanas como si estuviese llorando.

12 Comments:

Anonymous Anónimo said...

mierda mierda mierda!
que horrible pesadilla!
nooooooooooooooooooooo!
yo no quiero

06:46  
Anonymous Anónimo said...

que angustai tan horrible, esa de vivir enamorado y querer salir corriendo también.

10:12  
Anonymous Anónimo said...

que ansiedad terrible, cuando se acba la historia inicial de lso besos y los primeros abrazos, de tood el romanticismo d ela vida, viene el terror de la convivencia, el no saber como manejar los espacios y las costumbres y toda esa mierda enfermiza que a uno lo vuelve loco de remate.

10:14  
Anonymous Anónimo said...

nunca les pasó? a mi si, pero de formas muy diferentes y por eso creo que el amor sólo dura lo que duran los caprichos, nada más. luego se convierte en cualquier cosa, pero nunca más es ese amor inocente del inicio. Rl cerebro no lo soportaría

10:56  
Blogger Pierre said...

aaaala mierdaaaaa
pero esto no lo puedo leer al inicio de mi diaaaaaaa
ya me puse trisssstee

te odiooo!

11:59  
Blogger miliodebolengo es mi gato, miauuuuu said...

jajaja, que anormal eres!
como te va a poner triste la realidad? asi la vida como tiene cosas bien cheveres tambien tiene cosas bien cagonas, se la vie mondieu

15:12  
Anonymous Anónimo said...

:( buaaaaaaaa!!!!

15:21  
Anonymous Anónimo said...

que horrible, menos mal que hace tiempo no vivo con nadie y estoy en paz conmigo misma!!!

15:24  
Blogger Miriam said...

que queres q te diga?
me gustaria q fuera el capitulo 5 de una novela, pero q no terminara...por que sera tan complicado todo? si al fin solos o acompañados nos la pasamos hablando del amor, o pasando de el o extrañandolo o lo que sea...pero q lindo cuando alguien dice...no pasa nada...no pasa nada y una por un minutito se lo cree y
puede ser ...duermete cosita
o duermete bichito como se dice por aqui...y una quisiera dormir, y despertar y que pasara de todo, de todo menos nada.
saludos. ME. esta muy bien escrito.
y yo sigo con lo dicho. chaucito.

20:03  
Anonymous Anónimo said...

y si les pasa esto en hawaii, donde hay sol todo el año?
ahi siq ueno creo que les de miedo estar solos con sus almas...

10:14  
Anonymous Anónimo said...

cretino!!!
como les va a pasar eso en verano?
ni hablar estas cosas de las pesadillas solo suceden en invierno pe!

10:15  
Anonymous Anónimo said...

las relaciones son el equivalente a latortura psicologica de antaño.

22:05  

Publicar un comentario

<< Home