mayo 18, 2006

Stereo

Gregorio Allegri jamás imaginó que el tema que compusiera allá por el año 1659, un tema de música eclesiástica, MISERERE MEI DEUS, algo anticuado para la época y con una prohibición que lo condenaría a la exclusividad de la iglesia durante 100 años, según leí, significaría tanto después, cuando Mozart, un muchacho de sólo catorce años, contando únicamente con una capacidad extraordinaria para recordar y un oído privilegiado, la transcribiese completamente, música y coro para cuatro voces, acabando de esta manera con la prohibición que existía sobre la interpretación de la misma fuera de la Iglesia en Roma.

Las prohibiciones tienen el cariz de todo aquello que por lo mismo debería ser violado.
Siendo la música de vital importancia para mi, agradezco a Mozart, uno de los músicos a los que debo largas horas de relax y exaltación, halla logrado quebrar tan absurda y egoísta regla.

Toda mi niñez me la pasé escuchando música clásica porque a mi mamá siempre le gustó; además del bossa nova y el jazz, que según decía, era música para que nos concentráramos al hacer las tareas. Por otro lado, mi papá siempre fue amigo de poner guarachas, boleros, y mucha música cubana cuando estaba triste. A mi abuelo materno le gustaba el jazz de las ¨big-bands¨, asi que Glenn Miller y Benny Goodman estuvieron presentes durante muchas noches y días en lo que iba dejando atrás mi niñez.

Ya de grande aprendí a escuchar otras cosas, pero siempre basando mi atención en el hecho de que la música debía remover alguna de mis membranas sensibles, así, cuando tenía dieciocho años o un poco más, me volví fanática de la ¨Nueva Trova¨, Silvio Rodriguez, Pablo Milanes, Chico Buarque, aunque este último no era trovador, influyó en algunas canciones a Silvio, también pasó a ser parte de lo que tenía metido en mi pensamiento. En esa época buscaba música cuyas letras tuviesen un significado un poco más honesto.

Después vino la época del teatro.

Conocí a Piazzola, a Bola de Nieve, a Gabriel Yared que hizo la música para Betty Blue, una película del 86´, que me mató la primera vez que la ví. Goran Bregovic, Violeta Parra, Ibrahim Ferrer, Bach y la ¨Canción para Alfonsina¨, que interpretaba Emilio LeRoux al piano, son recuerdos que tengo de esa época. Largas horas, días y noches en casa de Maritza y Alfonso Santiestevan, o en el teatro Mocha Graña, preparando una obra que luego se llamaría ¨Como crear un obra y no fracazar en el intento¨. Incluso me enamoré ( además de Emilio) de Carusso cantando el aria de Cavaradossi.

Erika ( quien ahora está en España) me enseñó a escuchar a Pescado Rabioso, a los Chilli Pepper, y cuando poníamos Mi unicornio azul, de Silvio, o ¨Era en abril¨, llorábamos inmediatamente.
Cuando Erika regresó de Japón me prestó una colección de tres discos de jazz, que dicho sea de pasó, aún no se la devuelvo.

Terminando la carrera de diseño, hicimos un taller de teatro japones ( teatro nho) con un cubano que hacía núsica con cualquier cosa. Un día puso un cassette de música para santería y quedé hipnotizada. Tal vez por eso, como en el cuento del flautista de Hamelin, lo seguí hasta Cuzco y me quedé a vivir seis meses en Quillabamba, descubriendo gente, costumbres y música que no imaginaba ni en mis sueños más descabellados.

Siendo mi política la de no cerrar las puertas al aprendizaje jamás, o la experimentación, ( ahora con más cautela ), he asimilado música también de mis parejas.
Del entomólogo a Fito Paez, Soda Stereo con Gustavo Ceratti a la cabeza, pero sobre todo Manolo García, de la época cuando ya era solista.

Del escritor argentino a Atahualpa Yupanqui, Luis Salinas y esa canción que siempre ponía al trabajar ¨Cuenta conmigo¨.

Del pintor, todo el jazz y sus variantes, acid, fusion, electric, bossa nova, hip hop, chill out, house,
trip hop, y para muestra algunos de los que me han quedado para siempre, sin ningún orden en particular: Miles Davis, Charlie Parker, Thelonius Monk, Billie Evans, Vanessa Dau, y ese disco espectacular ZIPLESS, que es uno de mis favoritos, pasando por Portishead, Moloko, Bajo Fondo Tango Club, Gothan Projet, Piazzola Remixes, en fin tiene tanta música en su casa que era un poco difícil escucharlo todo.

Sin importar del humor que esté, la música es algo que siempre tengo presente, lo último que vengo escuchando es a Faithless y su disco No Roots, que dicho sea de pasó, se publica en el web del poder de la palabra, www.epdlp.com aunque a veces no se pueda entrar, como hoy...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

sobre musica creo que no alcanzarian los post, sobre todo si se toma en cuenta que en gustos y colores han escrito muchos autores.

Me gusto tu resña sobre la musica de allegri, yo no habia escuchado hablar sobre ese compositor.

Gracias por el dato

08:15  
Blogger Pierre said...

jAJJAjajaja
siiiiiiiiiiiiiiiii
pero luego en la oficina pones cuatroscientas veces al día "me cago en el amor" de Tonino Carotone!!
ya la hemos borrado de tu máquina y de todas las máquinas!! jAJAJAJAJaja
:)

12:05  
Blogger miliodebolengo es mi gato, miauuuuu said...

e un mondo dificcile, e vita intensa...
RECONTRA MOADER FUCKER COMO QUE HAN BORRADO A MI AMIGO TONINO CAROTONE DE LA MAQUINA?

MALDITOS, LOS ODIO!!!!

15:46  
Blogger Chantal Plata said...

Grato leer sobre la música cubana por razones cuasi obvias.
Gracias,
C.

17:43  

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