julio 08, 2006

Luna

Querido mío, dijo la luna;
¿Por qué tus espejos ya no reflejan mi imagen?
De lágrimas empapas tus sueños.

Querida luna,
no son mis lágrimas las que humedecen
el recuerdo y a la frágil memoria.
No hay ya espejos. Estos no existen.

Por qué tan descolorido siento tu respiro?
Por qué plagado de angustias veo tu camino?

Es su recuerdo el que oscurece mis colores.
Es su recuerdo que me ha atrapado
en muchas horas de llanto.

Desde entonces vivo refugiado en Añoranza.

Su ausencia me acompaña
y el silbido del olvido
se me pierde entre las palabras.

Nostalgia se mete en mi cama sin que la haya invitado.
Hiela mis pesares.
Ya nada queda dulce. Todo amargo se ha vuelto.
Ya nada eterno.
Efímera felicidad, te deshaces como hojas secas en invierno.

Ay luna!, me duele la tristeza.
Me pesa el vacio, y absurdamente claro veo mi oscuro romance.
Ay luna! se me parte el alma con los pasos que se pierden
entre ayer y antes de ayer.

Yo no sé luna.
Me desangro por dentro
y preferible sería morir a seguir viviendo.
Tengo a soledad cual carcelero.
Este espacio en blanco me desespera.
Me alimento de lágrimas.
Bien dicen que la comida en las carceles es muy mala.
La mía es demasiado salada.

Nostalgia habla demasiado y no me deja dormir.
Estoy tan cansado.
Tan triste.
Tan solo.

Por eso querida amiga,
quiero pedirte que vengas
y te sientes a mi lado.

Quiero pedirte un beso.
Pedirte que me reflejes en tu rostro
redondo y pálido.
Sé tu mi rostro.
Ya no recuerdo mi sonrisa.

Ven luna, abrázame,
tan fuerte que no pueda respirar.
Ven luna,
dime al oído que la mar es de cristales.
Di que el tiempo no existe,
que es una cajita de música.

Háblame.
Quiero escuchar.

Querido mío,
Los besos se pierden en la distancia.
Tu sonrisa es un grito de algarabía
que te empeñas en esconder.
Un gorrión atrapado entre barrotes que se vuelve mudo.
Querido mío, el tiempo es música
y la cajita está abierta para regalar su canto.
El espacio es para acunarte.
Querido mío, abre la puerta de tu claustro.
Ven tu, que yo aquí te estoy esperando.

1999